¿Cómo hemos llegado a esto?
¿Por qué la respuesta a la pregunta, aún a pesar de los folios y hojas que ocupa su reflexión, sigue siéndome esquiva a pesar de que la tengo delante?
Pensamientos, caos de deducciones, preguntas externas...vueltas en la cama preguntando a la almohada si ella conoce la respuesta y noches en vela observando las estrellas.
No lo entiendo. No sé cómo hemos llegado a esto.
Lo vi, nada más conocerlo lo vi.
Estaba claro, como si hubiesen desplegado ante mí un pergamino de secretos inconfesables, pero ahí estaba la respuesta a mi inmediata formulación. Solo había que analizar miradas y algún gesto que otro.
Confíe en que esto no pasase, lo había vaticinado pero confié...los vientos del Norte me hicieron llegar la predicción pero confié en que no pasase. Me equivoqué.
Confesiones, dudas y el arsenal por los aires.
De repente, todo aquello que era estable y comenzaba a asentarse se vio envuelto en un mar de bruma difusa de palabras dichas ''sin querer'' que borraron la silueta, pusieron todo en entre dicho y a ahogarse mandaron y, por otro lado, un texto que a muchos dejó patinando. Hasta donde yo sé, hay ciertas palabras que nunca se dicen ''sin querer'' pero la sabiduría de la noche no es eterna...y la de la Luna, por lo que se ve, es aún menor. Inocente astro estúpido que viste pero no creíste, que escuchaste y no empataste...debiste haber estado preparado para que no te cogiese de improviso pero las piezas encajan una vez ha pasado el hecho y no antes. La Luna puede proyectar sombras y ocultar zonas pero todos sabemos que los mejores asesinos se ocultan a plena luz del día, el Sol les sirve de cobijo.
Se solventó y brillé con toda mi luz.
Unos dicen que fue falta de confianza, otros que de comunicación...
y otros piensan que ha sido un juego del que debí apartarme.
Aunque lo vi negro, confié en su palabra y esperé, no iba a apartarme. Esa era mi decisión.
Palabras atragantadas por el miedo y el temor
que murieron en mis labios ante su convicción
ante un beso y ante ''te quiero y quiero estar contigo''.
Entonces, ¿por qué nada ha cambiado? Todos seguimos sufriendo, aunque yo en otra medida.
Llamadas de atención y de lágrimas que, aunque no dudo que sean reales, cumplen otra función: mantener tu mente y tus sentimientos encontrados en esa persona.
La Luna por su parte llora en silencio...solo la noche es testigo de su dolor.
No le han preguntado como se siente, no le han preguntado como se encuentra él con la nueva situación. Nadie ha preguntado si con lo que prometió está cómodo o si la situación también le incomoda y le duele. La atención está centrada en su propio eje y en el opuesto, de cara al día. La noche, a tu espalda, aguarda su momento.
¿Solo sufren los demás?
Autocontrol para no mostrar lo que siento por ti y disfrutar de tu compañía delante de esa persona para ''no herir sus sentiemientos y ayudarte a recuperarlo'' mientras que tú hieres los míos con tu despreocupación, tu crueldad y tu frialdad. Además, encima te hace sufrir más de lo necesario y yo no puedo hacer nada por aliviarlo. Súmale la impotencia.
Amenaza de enfado con quien ha sacrificado su orgullo y muchas noches sin dormir por ti y encima ''egoísmo y poca empatía'' por no ponerme en su lugar. ¿Se ha puesto alguien en el mío? ¿De verdad alguien ha pensado en cómo me puedo sentir yo con todo esto? Claro que no...lo he ocultado lo mejor que he podido (quizás demasdiado bien), porque prefiero que se arregle todo antes de hablar yo...porque pienso antes en ti y en tus sentimientos que en mí mismo.
Dirás que soy estúpido, pero soy así.
Frase Final:
''No creo que sea la única chica en el mundo que suspira al oír "catorce de febrero". [...] el regalo más grande que puedes ofrecer es un te quiero. También es cierto que no hace falta que exista una fecha para expresar lo mucho que queremos a alguien, eso es algo que debemos demostrar día a día. Sin embargo, ¿qué tiene de malo establecer un día especial dedicado únicamente al amor?''
(Dicho por una gran amiga en su blog)
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